No puedo evitar que suene esta canción mientras escribo este último post de la primera etapa en Escocia. No podría elegir mi verso favorito, son tantos que es imposible elegir pero me quedo con uno de la última estrofa "hago balance, queda todo por hacer".
¿Alguna vez has añorado volver a la infancia donde todo era más fácil, tu mayor obligación era ir al colegio y hacer los deberes? A mi cuando me pasaba eso, bastaba con recordar las clases de inglés para quitarme esa idea. Yo nunca he sido un buen estudiante (en mi historial académico quizá no haya una sola asignatura que haya suspendido alguna vez) pero entre todos los pequeños fracasos, el inglés siempre tuvo un lugar preferente.
El inglés del colegio era mi kriptonita (y además nunca he sido nada parecido a un superman. Lo que me ha hecho sufrir.
Y con estos antecedentes me plantaba yo aquí. Sabiendo que cuando tenía que haber sido hormiga, fui cigarra.
Estoy contento con esta primera etapa, supongo que aquello de la memoria selectiva ayuda. De todas formas sois unos cuantos los que estáis acompañándome a través de esta pequeña pantalla y poco más puedo añadir. Ahí están los textos.
En ocasiones no tener grandes esperanzas es una gran ventaja, ya que a poco que uno vaya consiguiendo, está superando las expectativas. Aquí ha habido días muy difíciles, sobre todo al principio. Los que me conocéis sabéis que no soy una persona especialmente seguro de mí mismo. Los primeros días en un nuevo trabajo siempre son inciertos, si además es en un idioma que no dominas, la incertidumbre se dispara.
No es una queja; tantos y tantos estamos pasando por ahí, yo solo soy uno más. O menos. Que además necesita de un blog para contarlo.
Llegará Enero, los días empezarán (por fin) a ser más largos y hará más frío. Se viene el invierno. La segunda etapa implica que sube la exigencia. Las excusas válidas hasta ahora, no lo serán entonces. El margen de mejora es muy amplio, eso es cierto, pero el esfuerzo deberá ser mayor.
Desconozco de quién es la frase, pero explica muy bien lo que quiero decir: "si no estás mejorando, estás empeorando". Estar siempre inquieto, siempre en movimiento es de lo que se trata. Y puedo asegurar que en ocasiones lo detesto.
En conclusión y aunque no quería poner esta frase por lo que implica de responsabilidad, ya puestos, me lanzo a la piscina: lo que pase a partir de ahora, depende casi exclusivamente de mi esfuerzo, de hasta dónde sea capaz de llegar. Es duro tener que irse de España para poder decir esto, pero así lo siento.
En los próximos meses, será momento de tomar decisiones, de estar acertado y sobre todo de trabajar mucho. A poco que se junte todo, irá bien. Si las cosas no salen, no podré culpar a nadie ni a nada fuera de mi.
Es el reto.
Nos vemos pronto.