31 ene 2015

SIENDO SINCERO

Hace un mes y medio que no escribo en el blog.Este es el hecho.

Ahora todo lo demás.

Este break me ha servido para darme cuenta de algunas cosas. A veces me preguntaba qué pasaría si lo cerrara de un día para otro. Siempre he sospechado cuál sería la respuesta, pero ahora ya la sé.

Nadie, cero, ninguno, ninguna ha echado de menos leer una entrada en este tiempo lo que supone un fracaso estrepitoso como escritor blogger; y es ahí en el fracaso dónde va a parar todo. Aquí me siento como en casa. Hace poco me preguntaron en una entrevista si prefiero llevar a cabo proyectos menores para evitar fracasar. Aun no sé cómo me las apañé para no contestar que yo ya sé que voy a fracasar, así que cuanto más a lo grande, mejor.

Supongo que quizá lo que toca ahora si fuera consecuente sería cerrar esto y probar suerte con el macramé a ver si se me da mejor. Pero ahora tengo más ganas de escribir que nunca. Estoy cómodo.

Pero yo no soy consecuente. Ser consecuente es una mierda.

Yo creo la gente está demasiado pendiente de ser consecuente, son ganas de complicarse la vida como si no hubiera ya cosas de las que preocuparse. Por ejemplo, a mi una chica me dejó -como todas- explicándome que lo hacía porque tenía que ser "consecuente consigo misma".

¿Que qué tiene que ver ser consecuente con estar conmigo? Aunque me lo pueda imaginar, habría que preguntárselo a ella. Lo que queda claro es que ser consecuente le llevó a algo peor ¿o no?

De todas formas, espero ser más convincente en las entrevistas que aquella vez.

Tanto por hacer.