Hoy vengo aquí a hablar de deporte. De mi deporte.
De vez en cuando recuerdo que este blog lo abrí para hablar de mis entrenamientos, de alguna carrera y de todo lo que tenía que ver con el deporte de los cobardes. Poco a poco todo ha ido evolucionando. Supongo que fracasar en todas y cada una de las carreras en las que me metía no era suficiente y ha acabado desvariando en una especie de diario en el que vienen a aterrizar algunas de mi frustraciones juveniles
No sé dónde leí hace poco que nuestras desgracias ocurren porque no somos capaces de mantenernos quietos sin movernos en un cuadrado durante mucho tiempo. Después de leer una frase así me dan ganas de cerrar el chiringuito y dejarlo todo, es insuperable tanta verdad.
Cuando me metí en esta aventura escocesa era muy consciente de mi extrema dificultad para el inglés (que es mucha, muchísima) y para qué engañarnos, lo hice sin casi ninguna fe en mis posibilidades (sobrestimamos la confianza, eso lo dejo para otro día).
Digo esto, porque cuando uno decide que pese a las dificultades se va a meter de lleno en un proyecto dificilísimo, la lógica creo que marca que toca centrarse a tope y ocupar todo el esfuerzo, ganas y trabajo en mejorar, en ir superándose paso a paso para aprender todo lo que pueda, cuanto más mejor. Todo trabajo sumará y no hay esfuerzo baldío.
Luego la realidad es mucho más compleja. Como ese entrenador que explicaba que su táctica antes de cada partido era perfecta pero en cuanto el árbitro da comienzo al partido los jugadores empiezan a moverse y se fastidia todo.
Conocer que hay que hacer y no hacerlo es malo; ser consciente de dónde están tus fallos y no arreglarlos, es peor; y si además de no arreglarlos te recreas en ello, es de aurora boreal.
Así me va a ir en la vida, supongo.
Vuelvo al tema (mi capacidad de dispersión es infinita) y es que ahora que debería incluso estar escribiendo esto en inglés, yo sigo a lo mío: entrenando cada día.
Corro por muchísimos motivos, corro incluso hasta cuando no debería hacerlo y aunque nunca se sabe, espero seguir corriendo durante muchísimos años más. Podría ponerme algo mísitico (de sobra sabes que tengo tendencia a ello) y contar que corro como convicción personal o que corriendo me conozco a mí mismo mucho mejor. Y no sería mentira. Pero sobretodo corro porque me gusta y físicamente me siento muy bien.
Así que ahora que debería estar enfocándome a estudiar, invierto unas cuantas horas a la semana en prepararme físicamente. Y cuanto más invierto más veo que me falta y así parece que estoy más centrado en hacer deporte que en estudiar, y tampoco es eso.
Echo muchísimo de menos las carreras, hace meses que no me pongo un dorsal en el pecho y ya tengo la inscripción para, y se dice pronto, la segunda carrera que voy a hacer este año, la primera en suelo español (qué pretenciosa y qué bien queda esa frase) será el 21 de Diciembre en Picanya. Como un niño el día de Reyes.
Luego quizá y dependiendo de muchas circunstancias que no están en mi mano, igual vaya a alguna San Silvestre, por cómo entreno tengo muchas ganas de hacer un 10k, creo que me saldría muy bien.
A partir de ahí, el 5 de Enero ya de vuelta en la isla empezaré a preparar la media maratón de Inverness con un objetivo nada fácil: superar la marca del año pasado. 3 meses que pueden dar mucho de sí.
Ya veis, escribo con tanta ilusión que no me permite ordenar las ideas y contar que estoy entrenando sin pulsómetro, que hace un frío que pela, que entrenar de noche tiene su encanto, que las montañas me tienen atrapado y que el verano con todo lo bueno y lo malo quedó ya atrás.
Ojalá tuviera las mismas ganas para otras cosas.