19 jul 2022

OVEJAS-TIGRES

A veces te cruzas con gente que es capaz de ir por la vida con estilo y seguridad, consiguiendo todos sus objetivos, yo a menudo me los imagino cual Michael Phelps, tienen ese talento: ir deslizándose como si fuera fácil. Yo sin embargo, cuando no me estoy ahogando siento que voy a lo perrito, como buenamente me permiten mis escasas capacidades y sacando la cabeza a ver si la orilla no está muy lejos. Y siempre lo está, desde niño. 

En mi colegio cada año por Navidad había un concurso voluntario de postales en el que había la obligación de participar. Como en todo, estaban los que les gustaba y tenían ilusión, los que se sabían con esperanza de llevarse algún premio, y estábamos también los que lo veíamos como otra de las consecuencias de la escolarización obligatoria y los traumas asociados.

Tendría unos 10 años y ya buscaba la mejor manera de salir del paso como fuera, así que se me ocurrió la mejor idea de mi vida hasta la fecha: ovejas yendo al portal. Cuantas más ovejas, menos tendría que pintar y antes podría dedicarme a no hacer nada, algo que por otro lado, es una capacidad que el sistema educativo nunca ha evaluado ni le ha dado valor. 

Por injusto que suene.

El caso es que acabé el dibujo. Cómo debía ser aquello que hasta me dio vergüenza entregar eso. Así que tras demostrarse que la idea no había sido tan buena como parecía en mi cabeza, tuve que ponerle remedio, cogí un rotulador marrón y fui añadiéndoles puntos marrones a cada oveja para darle color y alegría a la postal. Resultado las ovejas podían confundirse con tigres (?) así que abrí un bocadillo a cada oveja con un "bee, bee". Arreglado.

Fue uno de esos trabajos que cuando lo acababa, esperaba que un compañero se levantara a entregar el suyo para pedirle que se lo lleve a la profesora y así evitar pasar la vergüenza de dar la cara con alguien que ya sospechas, mucha estima no te debe tener. Aunque fuese recíproco.

Era todo tan terrible que a los profesores les hizo gracia y me dieron el tercer premio del curso. Ni lo de Grecia en 2004 puede compararse a ese éxito. Aunque lo celebrase menos.

Aquellos puntos marrones tapaban muchas carencias: había que disimular que en aquellos años hubo muy poco esfuerzo por aprender en general y por dibujar en particular. Y tampoco mucho interés.

Muchos (demasiados ya) años después, aquel dibujo ha vuelto a mi como un boomerang en forma de adolescente, de hermano que me enfrenta a un rol para el que no existe un rotulador que disimule mis carencias.

Y así seguimos: viviendo a lo perrito.

1 jul 2022

NOSTALGIA, PASADO Y FUTURO

A veces, sin ser yo de los que miran demasiado hacia atrás, ocurren conversaciones que traen anécdotas sobre alguna relación pasada. La contextualizas con un "mi ex, la que..." y añades una característica concreta, reconocible que bien puede ser dónde nos conocimos; aquello que todos sabemos que ocurrió; su trabajo; algún hobby o incluso puede que hasta de dónde era ella.

Es curioso pensar cómo recordamos a algunas personas una vez pasado el tiempo. Casi me atrevo a decir que ni elijo cómo las describo, son ellas las que dejan una huella determinada y no otra. 

Y claro, no puedo evitar pensar cómo se me recuerda a mi, ¿Qué recuerdo dejé? Si no pudiera interpretarse como un hecho delictivo, llamaría para preguntarlo. Pero por lo que sea no parece buena idea. Excepto que prefiriese sustituir ese recuerdo por algo así como "ese tarado que me llamó para preguntarme una chorrada. Tuve que bloquearlo".

Visto así, igual no es tan mala idea.

Hubo una temporada antes de mi última mudanza en que todos los días camino del trabajo, el semáforo se ponía en rojo justo cuando paraba en la puerta de la cafetería donde desayunamos por última vez. Cada mañana miraba y pasaba por mi cabeza aquél café. 

Cuando hacemos algo por última vez no sueles saber que no habrá otra. Así que cuando ya sabes que lo fue, las palabras y los silencios de ese día adquieren nuevas perspectivas.

De repente la cafetería tuvo también su último día y ya no abrió más. Después de unas semanas de obras y reformas, abrieron un eSportsBar. Supe que ahí había una metáfora pero no llegué a entenderla: cerró pronto. 

Poco después abrieron otro comercio, es posible que una carnicería y ya no había nada que entender: de aquello en poco tiempo no iban a quedar ni los recuerdos. Así que mucho mejor no aferrarse demasiado al pasado, el mundo seguirá avanzando y es muy probable que acabes por no entender el mundo. De ahí a pensar que el mundo no tiene sentido hay un paso.

Y como a todos nos pasa, cuando me atrapa la nostalgia, me justifico explicando que es algo muy propio de mi especie. Solo hay que mirar alrededor para darse cuenta que nos aferramos a muchas tradiciones, rutinas, actitudes incluso cuando ya no tienen ningún sentido.

Lo pienso mucho cada vez que voy al baño y me imagino a las generaciones futuras buscando en Google de dónde viene la expresión "tirar de la cadena" cuando de toda la vida se aprieta un botón.

¿O recuerdas cuándo fue la última vez que "tiraste de una cadena"?