26 sept 2013

LUGARES DONDE SOÑAMOS

Hoy en clase de inglés, la profesora nos ha pedido que le recomendemos 5 sitios que visitar en España, los que más nos gusten. No he tenido ninguna duda con 2 de ellos: el Pirineo (bendito Pirineo) y el Ciutat de Valencia.

Yo supongo que sugerir esto es una tontería, no lo sé, pero soy muy dado a las tonterías y es por ello que algunas de las que propongo completamente convencido, lo son. Esta me huele que podría serlo.Pero qué quieres que te diga, yo me quedo con estos.

Esta semana me despedí por un tiempo indefinido (a algunos lugares siempre se vuelve) del Ciutat y la verdad que supongo que aunque uno siempre sueña con otro tipo de despedidas, ésta no pudo ser mejor. Me explico.

Partido entre semana, de esos que no pasarán a la historia, pero eso sí, con pudiéndo ovacionar al mejor entrenador de nuestra historia. Gol del negro. ¿Nos marca el rival? Sí, pero fue uno di noi. Y luego toda la segunda parte un querer y no poder del equipo, que últimamente estamos demasiado bien acostumbrados, pero vamos, conviene no perder perspectiva, no hace tanto tiempo que las cosas no eran así.

Quizá si hubiese querido despedirme con un 5-0 debería haberme hecho del Madrid o del Barça, pero yo no le pido tanto a la vida. Así está bien.

Aquí en este párrafo es donde van los recuerdos; pero no voy a usar el pasado: el día del Écija o similar. De los últimos años me quedo con poder presumir que fui de los poco (a penas 3000) que estuvo el día del Cartagena -acabar subiendo tras haber vivido ese día es cojonudo-. 

Me quedo también con la jornada 3 del primer año en primera, al acabar el partido con el Villarreal (equipo Champions por entonces) con el equipo último con 10 goles en contra y 3 a favor y una ovación brutal de todo el estadio al equipo, aquello fue impresionante.


Ahí, nobleza obliga, mezclados entre tantos momentos se han juntado unas cuantas, muchas conversaciones que han contribuido a forjar una buena amistad. Sirva esto también como felicitación.

Saludos!

22 sept 2013

CRÓNICA: II 10K PLAYA PUEBLA DE FARNALS

La crónica de hoy será breve, me han pasado muchas cosas por la cabeza los poco más de 40 minutos que he estado corriendo hoy pero no son cosas que se hayan de contar en internet. 

Es cierto que no ha sido un día nada bueno para correr, el calor ha sido inmenso y he sufrido mucho, mucho. Es cierto que otras veces con condiciones en contra he conseguido superarme, pero hoy no ha salido el día. Me llevo la espinita clavada de no poder haber hecho la marca en 10k. Realmente es cojonudo quedarte con una espinita así que sirva como estímulo para el futuro. Connotación positiva lo llaman a esto los psicólogos.

Quitando el calor -que no es poco- la carrera es muy buena: completamente llana, no masificada y bastante buen circuito para correr.

Me dijo mi entrenador que saliera a 4:05 pero hoy era el día para arriesgar. No tenía buen feeling hoy, pero lo tenía claro: hasta donde llegase. He salido rápido, demasiado los primeros 700 metros; luego durante la primera vuelta he mantenido el ritmo hasta casi la mitad de la carrera (km5 20:03). 

A partir de ahí, un querer y no poder. Los kilómetros se iban alrededor de 4:10 no había fuerzas para nada más, suficiente hacía con aguantar la sangría de segundos. Ya pasado el km8 he podido apretar los dientes y aumentar un poco el ritmo para disfrutar de los últimos metros como la ocasión lo merecía.

Al final 40:39. Cierto que no es mal resultado.

Saludos!

21 sept 2013

PREVIA: II 10K PLAYA PUEBLA DE FARNALS

Hay ganas.

Recuerdo la edición del año pasado, a la que fui con solo un mes de entrenamientos tras un viaje que en su día califiqué como "algo más que un sueño" en una de esas frases que algunos amigos (y amigas) tras pronunciarlas me llaman exagerado y a las que yo en un claro ejercicio de "sostenalla y no enmendalla" defino como hipérbole.

Pero volvamos a lo que nos concierne que me pierdo. Fue la primera y es la última.

Ha sido un año atléticamente buenísimo, si lo habré dicho veces; pero lo que he disfrutado, aprendido y mejorado ha sido bastante más de lo que esperaba y sobre todo esa sensación de que el margen de mejora es amplio. Me quedo con todo eso.

Un último esfuerzo, eso es lo que queda. Un último esfuerzo de 10 kilómetros.

Desde el inolvidable 20 de Enero en Tarragona donde conseguí mejorar en más de 15 minutos -se dice pronto- mi MMP en maratón, han caído las de media y las de 15k. Es para estar muy contento.

Si, (casi)siempre hay un pero. Y queda una difícil. Hacer marca en 10k a estas alturas de Septiembre, tras haber hecho un triatlón hace 2 semanas quizá no sean las mejores condiciones para ello, pero por intentarlo no va a quedar.

10 kilómetros para cerrar una etapa. Para abrir una vía.

Lo último que pretendía era ponerme trascendente, y claro, salen estos empastres.

Saludos!

10 sept 2013

CRÓNICA TRIATLÓN VALENCIA

No os podéis hacer una idea de lo que me dolió no poder hacer previa y contar entre otras muchas cosas cómo nació esta idea allá por el mes de Julio de 2012 en un hospital en Varanassi (Indida); ni poder escribir sensaciones de esa última semana antes del triatlón, por desgracia (o quizá por suerte) muchas de ellas pasarán al olvido en un tiempo, de hecho supongo que algunas lo han hecho ya.

Pero hay veces que las circunstancias obligan.

El fin de semana de verdad fue de esos que pasan en un suspiro con todo lo bueno y lo malo que ello implica, pero en el que por encima de todo deja momentos que se quedan gravados en la memoria por dentro, sin necesidad de "pintarlos en la piel".

Desde el viernes por la noche, el calentamiento del sábado por la mañana, los problemas de última hora del sábado por la tarde, la tensión, los boxes, el chip, las bicis, la gente, el miedo, los spaghettis, los olvidos, la decepción olímpica... y podría seguir durante quizá cientos de líneas.

Y así por fin llega el Domingo. Temprano, muy temprano andamos por la calle.

No puedo negarlo, cualquiera que me vio esas 2 horas previas a la salida pudo darse cuenta de que andaba acongojado, como yo creo que nunca antes me había pasado antes de una competición. Se apoderó la inseguridad de mi, y es que eran tantas las cosas que podían fallar, tantos los factores que "se me escapaban" y soy tan competitivo que supongo que sabía que algo fallaría.

Y algo falló, claro.

Había dos cosas que me daban un miedo atroz: la natación en sí misma, como concepto. nadar para mí es una tortura; y el segundo, la bici, un pinchazo (soy muy dado a ellos) que lo mandara todo a paseo sin poder hacer nada.

Por la natación voy a pasar muy rápido (por compensar lo que fue la prueba) tenía muy claro que iba a hacer un tiempo muy flojo y me salió aun peor de lo que esperaba (que ya es decir). Un fallo en la salida me retrasó desde el principio y a partir de ahí aunque no me sentí del todo incómodo fue todo mal.

Para los que os gusta reíros de los fracasos de los demás, no quedé último. Salió tan mal que ni eso os voy a poder dar. Se siente.

Saliendo tan mal del primer segmento, tenía un pensamiento en mi cabeza, de esas veces que tienes un diálogo contigo mismo y te obligas a tomar una decisión en segundos, me dije: "tengo 2 opciones: mandarlo todo a tomar por saco; o darlo todo y arreglar este desastre. Tu eliges".

Salí de la T1 como alma que lleva el diablo. Mi bici era la que era y eso me obligaba a dar un punto más que los demás. Resiliencia. Otra palabra que me decía durante las primeras pedaladas.

Me sentí muy cómodo en la bici, me veía fuerte adelantando a bastantes corredores pese a que de vez en cuando algún que otro grupo pasara quitándome las pegatinas, solo tenía que levantar un ojo y comparar bicicletas. No era mi carrera.

Varias veces me crucé con triatletas que me animaban (Jesús, creo que también me gritó David y quizá alguno más) intentaba reconocerlos por la voz, pero no estaba yo ni para levantar la cabeza. Solo podía pedalear y pelear. Sin descanso. Antes de seguir, tengo que hacer una pausa para destacar una motivación extra, que me alegró en mitad de la batalla y fue como no, ver al crack de Edu en el circuito de bici animando. Pff sin palabras.

En la última vuelta ya quedaba poca gente en el circuito y aproveché para tomar el último gel y beber bastante. Fue el gran fallo de la bici, me hidraté mal, tenía que haber llevado más agua y lo pagué en los primeros kilómetros corriendo.

La T2 la hice más rápida que la T1, por cierto, las transiciones son con diferencia lo más divertido del tri, supongo que por la novedad.

Rápidamente me puse a correr, llegaba mi momento, la parte en la que de verdad tocaba demostrar dónde está mi fuerte.

Faltaban fuerzas.

Es verdad que no dejaba de adelantar a gente y que muscularmente no sufría ni la mitad de lo que esperaba, pero en un par de avituallamientos tuve que parar a andar porque se me estaba haciendo durísimo. Tras la carrera me di cuenta de que el problema no estaba en las piernas, sino en la cabeza. Seguía bastante obzecado con el pésimo primer sector.

Cuando uno se tiene que quitar el reloj porque le molesta, es señal inequívoca de que algo no va bien y desde luego el problema no es el reloj. La familia animando, mi madre riñéndome porque ni les dedicaba una sonrisa... hasta la mitad de la segunda vuelta no encontré buenas sensaciones y empecé a disfrutar de lo que estaba haciendo.

Joder, que lo llegué a ver muy negro.

Y por fin la gloria: ese último kilómetro en que llegué a alcanzar a Vicente Ramón y ya empezaron las felicitaciones antes incluso de llegar a la rampa final. Lo habíamos conseguido.

De la recta final y la entrada en meta que valen 10 triatlones juntos no voy a decir nada porque lo estropearía. Fue una gloria. Un sueño.

La marca fue peor de lo esperado. Pienso que podría tranquilamente haber hecho 10 minutos menos. Las cosas no siempre salen como esperas y es en estos días, cuando uno no consigue lo que cree que merece en función de lo que ha preparado cuando digo que SÍ, MERECE LA PENA.

Es cierto que tuve momentos difíciles pero ni en el peor de ellos, se me pasó por la cabeza que los últimos meses fuesen una pérdida de tiempo o que aquello no tuviera sentido. Y es ahora, más de 2 días después de la competición, cuando me doy cuenta de que es cuando las cosas no salen cuando uno valora de verdad el esfuerzo y puedo decir que esto mola y mola mucho.

Porque no es verdad que todo esfuerzo tiene su recompensa. No.

Voy acabando ya esta crónica (al que le parezca larga que no la lea, si sigues aquí gracias) poco me queda por decir ya. Pese a no estar del todo satisfecho con el resultado, estoy muy contento con todo lo que he vivido para llegar hasta aquí.

Ha sido maravilloso. Gracias a quienes habéis estado en algún momento.

Qué final más cursi. Lo siento.

Saludos!

PD: Ahora sí, se viene lo bueno...