De repente me he encontrado escribiendo esta entrada con excusas (nuevas) sobre porqué no estoy escribiendo tan a menudo cómo me gustaría. Eran motivos justos, claros y poéticos, pero no dejaban de ser eso: excusas. Y con las excusas no se llega a ningún lado, así que las he borrado y aquí sigo juntando unas cuantas líneas.
Lo que es cierto es que me está costando escribir más de la cuenta y que además de todo lo que pueda contar aquí o allí la verdad es que fallan las ideas. No sé sobre qué escribir sin sentir que he escrito una tontería que ofende a cualquier mínima inteligencia, aunque la verdad no sé de dónde vienen ahora estos exquisitismos cuando es probable que sea todo lo que he hecho escrito en mi vida sea una soberana estupidez.
Pues bien, esto es en realidad una buenísima noticia.
Desde hace tiempo sostengo la teoría de que cuanto peor pinta todo, cuando no ves salida a nada y todo parece ser un desastre es justo el momento en que mejor va a ir todo. Al contrario, cuando estás en una buena racha, y la sensación es que "todo sale rodado" es cuando va a venir la caída y más te conviene meterte en la cama y no salir durante días.
Por desgracia, nunca he estado tan mal.
Aunque no pase siempre ni a todos, podría sostener mi teoría con algunos ejemplos pero da igual créela o no, no es mi problema pero aclaro que en caso de que seas un insensato y creas una sola palabra de lo que escribo, estoy exento de responsabilidad alguna de las consecuencias que ello conlleve.
Sí, sueños |
¿Ves? Una gilipollez detrás de otra. Estas por lo menos no llegan a la categoría de atentar contra mi propia persona. No porque no las haga, sino porque las reservo para lugares más privados. De momento.