15 feb 2015

UN HUECO EN EL MUNDO

Y uno emigra aunque no quiera con algunas ideas preconcebidas, sí, con mi maleta repleta de los prejuicios que he ido inventando que son ya unos cuantos. Procuro dentro de lo que cabe abrir la mente, aunque no a todo. Oigo a menudo aquello que "viajando se aprende mucho" y bueno, no siempre.

Pasan los días y a veces conoces gente que podría pasarse la vida viajando y no mover su pensamiento un solo milímetro. Todo lo que hace es reafirmación. Yo reconozco que no sé si compadecerme o envidiarlo.

La duda. La puta duda siempre.


Así que con varios miles de kilómetros en la mochila y algún tiempo lejos de todo menos de mí mismo pasó; la realidad se apareció sin avisar. Y esa herida aun no cicatrizó. No del todo.

Yo que sé.
No viajo para huir, o quizá si, quizá sería mejor decir que "no solo para huir". Pero ya que viajo y quiero crecer, quiero huir de esa insoportable evasión de responsabilidad que se ha instalado en España: "la culpa siempre del otro" sea quien sea el otro mientras no me incluya a mí.

Pero pasa.
Las cosas no siempre salen como sueñas y encuentras muchas diferencias. Fuera no era lo que esperabas. Pese a no saber muy bien qué esperaba. Al principio quise alegrarme, al fin y al cabo parece que "no estamos tan mal" pero claro, sí que estamos mal y tanto que lo estamos; como todos.


Esas noches frías a las 3 de la tarde en las que la nieve ha pasado de ser esa hermosa novedad blanca al infernal monstruo negro, se disipan las dudas en la oscuridad.
No, no vale la pena.

Hubo que huir de la tierra de las excusas. Y es rodeado de europeos (si no te gustan los clichés no sigas leyendo) cuando descubrí una Europa vaga, derrochadora e insolidaria; una América soberbia; Sudamérica irresponsabe; Asia machista, injusta y más fea de lo que es; de África, ¿qué te voy a contar de África?

Es en ese momento, justo en ese momento cuando todo está perdido, nada vale lo que cuesta y sientes que todo es mediocridad. Es ahí justo cuando encuentro mi sitio. El hueco en el que refugiarme.


Y ahí os quedéis todos.