26 oct 2024

GANAR PERDIENDO

La vida es cuestión de actitud, no hace falta vivir grandes cosas para experimentar momentos importantes. A veces, en mitad de la rutina, la vida te explota, las certezas saltan por los aires y acabas más allá de donde imaginabas. En la rutina está encerrado el secreto de lo extraordinario.

Y es por ello que, de vez en cuando, hay que lanzarse a los brazos de lo extraordinario y, por ejemplo, irse de viaje a otro uso horario, donde todo pasa y no cambia nada. Colombia fue para mi, uno de los primeros capítulos de un año que ya está acercándose a su desenlace.

Una tarde de esas en las que te puedes permitir arreglar el mundo porque el tiempo no existe, mi Garmin dimitió, uniéndose a la sensación de que allí el tiempo no existe. Intenté solucionarlo (reiniciarlo y cargarlo) pero no pude hacer nada. A veces, es necesario un ligero inconveniente para darte cuenta que la felicidad está ahí, con voluntad y sin esfuerzo, cuando te das cuenta de que algo cambia, pero todo sigue igual.

Unos días después salí a correr por Cartagena, y por primera vez en años lo hacía sin reloj, sin referencias de tiempo o de distancia. Solo mis piernas, el calor del Caribe y 2 buenos amigos acompañándome. El plan perfecto, ¿verdad?:

Pues no.

Porque, a ver si os habéis creído que soy un hippie que hace deporte por salud, por disfrutar y por no se cuántas cosas maravillosas que aportan integridad, salud y te hacen mejor persona. ¿Acaso soy un libro de autoayuda con piernas?

Qué bonito quedaría ahora contando lo que disfruté la experiencia, que me encontré a mi mismo en ese rodaje y redescubrí lo que era correr sin nada más que importara, y que mis pensamientos eran limpios y perfectos. Pero la realidad es otra. La realidad es que improvisé varias formas de preguntar por el tiempo y el ritmo que llevábamos fingiendo que no me importara demasiado. Y claro, lo primero que hice al llegar al hotel, después del pertinente baño en la piscina, fue sincronizar mi Strava con el suyo. 

Ahí, y solo ahí al ver la actividad registrada, fue cuando me quedé tranquilo del todo.

Dedicar parte de mi tiempo a entrenar, a preparar retos, sean grandes o pequeños me da y me quita vida, pero supongo que parte de la vida consiste en ir perdiéndola mientras tanto. Igual que la luz, que cuando es demasiado intensa te ciega; allí donde solo importa conservar la vida, suele ser donde menos vida hay.

9 oct 2024

UNA VIDA INTERESANTE

A veces pienso que me gustaría tener hijos para poder camuflar mi egoísmo con una excusa digna, una coartada válida, que me ahorre perderme buceando en subterfugios y excusas interminables como atajos imposibles. Una razón noble; una verdad buena en la que envolver mi egoísmo y miserias con una capa de bondad y nobleza con el que salir bien en las fotos.

Porque soy esa persona que cada fin de semana se retuerce en su butaca incapaz de controlar tan siquiera el movimiento agitado de mi pierna. En esos momentos, prefiero un gol de mi equipo a la paz mundial, hay más alivio en que una pelota atraviese la línea custodiada por tres postes que en imaginar un mundo sin balas. Y entiendo lo que esto dice de mí. 

Sin embargo, con un hijo podría disfrazar mi histeria de preocupación y bondad. Supongo que ayudaría, aunque fuese solo a algunas cosas.

A otras no.

Una vez escuché a Gasol explicar que aunque haya ganado 2 anillos de la NBA, un campeonato del mundo, varios europeos y muchos más éxitos individuales y colectivos, todavía sigue habiendo algunas derrotas que le persiguen y le duelen con más intensidad de la que disfrutó sus victorias.

Salvando las evidentes distancias, porque no voy a estar nunca a la altura de Pau, me reconozco en esa frase. Cómo duelen algunas derrotas; pequeños y grandes fracasos se han transformado en fantasmas que se presentan sin llamar, y escuecen como el vinagre en una herida abierta. Esas heridas que, por mucho tiempo que pase y ya cicatrizadas, siguen evolucionando y cada vez duelen de forma distinta, desconocida pero reconocible.

¿Qué se puede hacer?  Yo solo sé hacer una cosa: Tomar aire, respirar, y recordarme que con todo "está siendo una vida interesante". Ojalá este olor a fracaso, derrota y lodo, se conviertan algún día en las flores más altas; y estas heridas se conviertan en esa cicatriz que poder lucir con el orgullo irracional que te da la diferencia.