Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que conseguí juntar unas cuantas letras con la suficiente dignidad como para pulsar el botón de "publicar". Y eso que no se puede decir que tenga un listón demasiado elevado, he perpretado aquí algún post poco digno.
Esta sequía de varias semanas, saca a la luz un problema que sabía que existía desde hacía tiempo: la felicidad es enemiga íntima de la escritura. Cuando las cosas van bien (o lo aparentan) tener un rato para escribir parece que pasa a ser secundario, pese a que sé de sobra que en ocasiones el buen recuerdo puede doler uno abandona el refugio a la sombra y prefiere salir a airearse al sol.
Como veis no es uno de esos problemas en el que alguien debería reparar excesivo tiempo, pero desde hace mucho mi escala de preocupaciones está alterada. Uno pretende ser feliz y a la vez seguir escribiendo mucho tiempo.
Bien pensado, esto mismo me pasó hace unos años con salir a correr: era solo una terapia, así que no podía tener demasiada continuidad, cuando "no necesitaba terapia" lo dejaba y ocupaba mi tiempo en otras cosas. Lo superaré.
Es bonita la ciudad. Aunque Glasgow es también los taxis y las carreras desesperadas, no puedo decir que "solo hay buenos recuerdos" los hay que aun asustan cuando aparecen en mi cabeza.
Pero en Glasgow fui feliz, quizá no tanto por lo que fue, si no por lo que enseñó. Tanto que me atrevería a dar un consejo: busca tu Glasgow.
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Es chula Glasgow |
2 comentarios:
Cómo me gusta leer fuí feliz
Cómo me gusta leer fuí feliz
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