9 jul 2014

QUEDA TANTO POR HACER


Escribía Martí Perarnau en twitter hace unas semanas que es muy interesante ver el primer entrenamiento de un equipo después de conseguir un título ya que es la mejor forma de medir su ambición.

Es una frase interesantísima aunque yo lo ampliaría como mínimo a la primera semana. Mantener la tensión, el esfuerzo y la disciplina después de un éxito es una labor complicada. Desde hace unos años tengo marcada ahí mi mayor carencia.

Durante muchos años he sido incapaz de encadenar dos satisfacciones seguidas, nunca he mantenido ese esfuerzo durante el tiempo suficiente. Incluso muchas veces la relajación llegaba justo cuando estaba cerca de conseguir el primero, y ni uno.

Quizá porque hay que encontrar una forma de no hundirse, siempre he creído que lo importante era progresar; hacer camino que dice el poeta, saberse en movimiento y progresando aunque no sepas muy bien a dónde vas Ítaca estará esperando al final del camino.

He tenido o más bien estoy teniendo el año más difícil que recuerdo y eso es cierto que ayuda a progresar, pero la sensación de estar creciendo me deja un poso de duda. Ahora no me sirve eso; ahora me planteo si el ritmo es el adecuado, el suficiente. Si estoy donde debería estar o si voy hacia donde debería ir.

Cambiar lo suficiente. Porque hay que cambiar.

Este año de momento lo he conseguido. He evitado el fracaso y para ello me he vaciado.

He dado todo lo que tenía dentro, me lo he dejado todo para conseguir llegar al mínimo exigible. Y aun así, podría haberlo hecho mejor, mucho mejor pero a mi manera me vacié.

Una vez aquí, es momento de dar otro paso más aunque con más dudas (¡aun más!) de si habrá dentro de mi lo suficiente no ya para llegar donde quiero, si no siquiera para poder seguir en la pelea. 

Queda tanto, tanto por hacer.

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