El día que se cumplió mi primer aniversario en esta isla a pesar de estar muy ocupado, encontré 20 segundos para pensativo dirigir mi mirada arriba a la derecha y con una mueca acerqué a mi cabeza el siguiente pensamiento (acompañándolo de un suspiro, claro): "¡ay! cómo pasa el tiempo"
Después pensé que sería mucho más original escribir el clásico post melancólico haciendo balance cuando se cumpliera un año, un mes y un día.
El paralelismo con la condena ahí quda.
Y ahora me encuentro aquí, el día señalado con mi originalidad y nada más. Nada que aportar. Pocas cosas debe haber peores que tratar de envolver un paquete de originalidad y belleza para darte cuenta en el último momento que no tienes nada que meter dentro.
Pero no es el caso ¿no?
Porque claro que tengo historias que contar, hay un proceso detrás de una mudanza así, de un viaje hacia lo desconocido. El problema es que no creo que vaya a aportar nada nuevo. Esta línea continuaría diciendo verdades como que no me arrepiento de haber dado ese paso, que a pesar de que hay momentos duros, de la soledad que se siente a veces y de toda la incertidumbre vivida, valoro mucho las experiencias vividas (y llevo unas cuantas) por lo que si pongo todo en la balanza, el saldo es positivo.
Pero claro, el párrafo anterior lo firmarían el 95% (tirando por lo bajo) de los españoles que hemos salido en los últimos 5 años que entreviste el CIS.
Y sin embargo últimamente me ha dado por dudar de esta certeza. Toda elección supone una renuncia, a no se sabe muy bien qué; así que no estoy en condiciones de asegurar que haber cogido otro camino por improbable que fuera, estuviese ahora en una mejor condición, más cerca o más lejos de donde sea que debo llegar.
Es algo que no sé y no creo que sepa nunca.
Como no sé casi nada. Veo en ocasiones a mi alrededor a tantos explicando de una forma tan clara qué es lo que pasa, porqué pasa y qué habría que hacer para que la realidad fuese mejor que me asusta. Yo cuanto más escucho, cuanto más leo, más perdido me encuentro.
A veces recuerdo a mi admirado Ballester y me da por pensar que la gente no tiene "ni puta idea de la vida" pero si me paro a pensar, me doy cuenta que soy yo el que en realidad no sabe nada. Cada vez sé menos.
Hace poco alguien muy cercano a mi me reprochaba que debería estar más contento (y ojalá tenga razón) pero si he tenido un compañero de viaje que no se haya separado de mi, ese ha sido "duda".
Estamos aprendiendo a llevarnos bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario