16 ene 2023

¿Y SI FUERA UN POCO MÁS LISTO?

Hace unos días, llegué a casa después del trabajo y mientras hacía la comida se me cayeron los espaguetis al suelo. Rápidamente los recogí junto a mi fracaso. La forma en que habían caído daban para escribir algo interesante y perspicaz si hubiese sido un poco más listo. 

Otra oportunidad desperdiciada.

Una vez leí que la virtud mejor repartida es la inteligencia, ya que todo el mundo cree tener suficiente. Si fuese más inteligente recordaría quién lo dijo. Solo he visto lamentarse de su capacidad a la chica de LODV y a mi.

Ni esto estoy solo. 

En general soy muy partidario de las redes sociales, con sus contras como todo, las disfruto bastante. A veces hasta lo malo me viene bien, canaliza mi mal rollo. De lo peor que hay por ahí son las imágenes con frases que se les atribuye a algún intelectual. Cada vez que topo con una de ellas, me pasa como cuando tengo una cicatriz; sé que no debería, pero no puedo evitar arrancar un trocito. Ahí me quedo, recreándome en la repulsa. 

Placer culpable.

De todas ellas, mi favorita es una de Machado que dice, "España de cada diez cabezas, nueve envisten y una piensa". La he visto a tanta gente que ya no salen las cuentas. Quizá por eso ya no me sorprende descubrirme habitualmente estando entre uno de los nueve.

Un famoso escritor contemporáneo acuñó aquello de "no cabe un tonto más" y (casualidad o no) por aquella época me fui a vivir fuera del país, poniendo de mi parte por arreglar el problema. No tengo la sensación que aquello funcionara demasiado bien.

Lo que (sospecho que) ocurre es que hay mucha gente que necesita verse por encima de los demás. Y claro, desde una atalaya todo es pulcro, limpio e impoluto. No hay necesidad de hacer cambios vitales, no tropiezas, no hay cicatrices y todo es redondo, congruente y perfecto. 

Vivir la vida desde la barrera y con distancia de seguridad. Como si vivir fuese un virus. Qué lujo.

Estos que van con la ropa tan pulcra, a veces no reparan en que lo que de verdad está sucio es la cabeza y eso es más difícil de ver y, por supuesto, de limpiar. Así que acaban ensuciándolo todo pero culpando a los demás de todos los males.


A mi a menudo me pasa que no puedo ver si hay alguien más sucio. Me mancho, dudo y no consigo llegar donde quiero casi cada día. Y me toca bajar al barro para llegar cada noche a casa cansado y sucio, intentando sobrevivir a mis dudas y contradicciones; con los pies llenos de tierra y, si el día se ha complicado, la mierda llega hasta las cejas. 

Poder cambiarme, darme una ducha y tener ropa resistente que poder ensuciar el día siguiente. Solo eso ya es una pequeña batalla ganada.

Porque no soy tan listo como para encontrar la manera de no mancharme.

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