Fue hace 3 o 4 años.
Una noche de sábado de las que se funden con la mañana siguiente, me acosté justo cuando "empezaba a amanecer". Un rato después me levanté, cogí el coche de mis padres y me fui a Alicante. Allí se jugaba un Hércules-Depor.
Al acabar el partido un amigo me llamó y me preguntó por el resultado: 1-0 perdimos. Se rió. Yo le pregunté que de qué se reía y contestó "que le hacía gracia que después de todo mi equipo perdió. Y sin marcar ni un gol" añadió.
Supe que uno de los dos no había entendido nada.
Pensé que la siguiente vez que lo viera tendría que explicárselo: Si hubiese sabido que el partido estaba ganado; me quedo en la cama ¿porque para qué? Pero no lo hice.
Quizá porque era de esas ocasiones que te supera la pereza y también porque hay cosas que no se pueden explicar. Se entienden o no se entienden.
Quizá porque era de esas ocasiones que te supera la pereza y también porque hay cosas que no se pueden explicar. Se entienden o no se entienden.
¿Cómo puedo explicar porqué me subo a un autobús a las 6 de la mañana, para ir a Madrid o Barcelona sabiendo que quizá con un poco de suerte solo nos caen 3? Y aun así pensar y si sí. ¿O ir a Lleida a las 3 de la tarde para estar de vuelta a las 11 de la noche?
Y acostarse sin cenar. Y llorar. Y saber que no es importante. Y acordarte de que en realidad a esos "11 cabrones les da igual". Y que aun así duela.
Porque el fútbol no tiene que ver con fútbol. Es otra cosa.
Y solo se puede explicar de otra forma. Con una palabra porque esto, amigos míos es amor.
¿Y puede alguien explicar el amor a quien no lo siente?
1 comentario:
Todos mis respetos a esto amigo mío
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