17 may 2022

NI NACE CON LAS VICTORIAS, NI MUERE CON LOS DESCENSOS

Hay una escena en Notting Hill en la que uno de los personajes organiza una cena en su casa con algunos amigos, uno de ellos va acompañado de una famosa actriz de Hollywood con la que ha empezado a salir. Allí, cuando están tomando el postre llega un momento en que se dan cuenta que solo queda un trozo de brownie, así que para decidir quién se lo come se les ocurre un divertido y macabro juego: el que convenza a los demás de que su vida es la más triste, gana.

Empieza entonces una triste, divertida y patética competición por demostrar quién es más desgraciado: el infeliz en su trabajo, la chica soltera que se siente fea y triste, la amiga en silla de ruedas que además no puede tener hijos o el divorciado que abandonó sus sueños profesionales si es que estos no le abandonaron a él antes. Pero el punto culminante es cuando la maravillosa Julia Roberts pide su oportunidad para sorpresa de todos: una desdichada vida de rica, permanentemente a dieta, expuesta siempre al escrutinio del público y con la sensación de que muy pronto vas a dejar de tener una buena consideración profesional. Entre otras cosas.

Todo muy triste. “Casi lo consigues pero no”, le dicen.

 

Ser del Levante en València es un poco como vivir en esa cena: las alegrías son siempre menos habituales que las penas, aunque quizá por ello se disfrutan más. Quieres creer que van a durar pero sabes que no caben muchas en el “yunque de la adversidad”. Esos momentos que tanto te alegran el corazón; son para otros pequeñitas, sin valor. Pero bien que las disfrutamos.

Las penas, las derrotas se parecen a las de muchos otros aunque cada uno las vivimos como especiales y eso hace que las podamos compartir juntos en familia, en una patética cena en la que nos reímos de nosotros mismos con el corazón ardiendo de dolor.

Sin dramas, sin excesos, con conciencia de quiénes somos y con el orgullo de haberlo vivido juntos, con nuestras muchas sombras y pocas luces. Pero con la certeza y el honor de estar en el lado bueno.

El sentimiento ni nace con las victorias, ni muere con los descensos.

Aunque en esta ciudad no tengamos derecho al último trozo de brownie.

1 comentario:

Tu palabra pone color dijo...

O si, nos corresponde el último trozo.!!!