Hace años, un futbolista de los más irresponsables (y hablamos de jóvenes millonarios, el nivel es alto) publicó un comunicado que empezaba con la frase "seguramente el amor sea una variante del chantaje" y nos recordó que el mundo es un lugar complejo en el que en cualquier momento, las personas más irrelevantes son capaces de llevarte a lugares muy profundos.
Así, una noche cualquiera mientras despejaba el tiempo sin mayor pretensión que la irrelevancia, alguien del mundo del fútbol tuiteó: "Todos somos muy indies hasta que suena la Oreja de Van Gogh a las 2 de la mañana". Esto me hundió más en mi sopor. Quizá yo no lo sea tanto, porque hasta hace un momento ni siquiera sabía si indies lleva hache.
Recordaba esta frase mientras escuchaba un podcast en el que citaban a alguien (rabio por no recordar a quién) que decía que se ha escrito mucho sobre el primer amor, ("el amor verdadero es tan solo el primero, los demás son solo para olvidar") cuando en realidad este está muy sobrevalorado, que lo que realmente marca es cuando chocas contra segundo y descubres que esa desolación que viviste por primera vez no fue una experiencia exclusiva, sino una realidad con la que vas a tener que convivir durante tu vida.
He tenido que subir la apuesta. El tercero y el cuarto me demostraron que no hay patrones, que las historias tienen en común que son raras y extraordinarias. No hay un manual que explique lo vivido y mucho menos, que nada que garantice el éxito. Y aun así, seguimos buscándolo.
Es una incertidumbre que, según para quién puede llegar a ser insoportable. No seré yo el que diga que el pegamento que une a algunas parejas es, justo evitar esa incertidumbre. Y algunos se encuentran con certezas peores, no todos.
Pero no es mi caso, aun con el riesgo que tiene aquello de creerse tan especial que acabas pareciéndote a todos con su exclusividad. Como las aficiones de los equipos de fútbol que se creen tan especiales que no se dan cuenta que son todas iguales en su irracionalidad. No, a mi no me pasa.
Creo que era Marta Jiménez Serrano a la que le leí que una ruptura es algo similar a que alguien quite la mesa cuando todavía no has acabado de comer. Incluso alguna vez, nos han cerrado el restaurante y casi ni habíamos empezado a comer. ¿Y qué haces? Difícil decisión, pero yo prefiero digerirlo bien y buscar un buen sitio para comer, sin prisas, aunque pase un poco de hambre, aunque veas que ya están cenando en otro sitio, con otra gente.
Porque aunque duela, entiendo que cada uno sacia sus apetitos como puede. Yo, por el momento prefiero encontrar el lugar donde sé que voy a estar a gusto. Estos años he aprendido que tan importante como encontrar un buen sitio es disfrutar de la búsqueda, ese paseo en el que te pierdes y, sin esperarlo, aparece el sitio ideal con la persona adecuada. No vaya a ser que, por empeñarme en encontrar el lugar para cenar, se me escape que lo que iba a cambiarlo todo era un buen desayuno.
1 comentario:
no sé si tiene mucho que ver, ni sé qué sentiré cuando llegue, pero me recuerda el Camino de Santiago, el Camino es un aprendizaje del mundo y de uno mismo, llegar merece la pena, pero el camino día a día es lo que realmente valoras
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