26 abr 2014

EL TRIATLÓN DE CADA DÍA

Últimamente tengo menos tiempo que nunca para escribir en el blog, se nota quizá no tanto en la calidad (?) tanto como en el número posts, que ha disminuido bastante, lo que no sé si se nota es el esfuerzo que tengo que hacer para encontrar huecos para escribir y publicar. Es un esfuerzo que hago encantado, claro está.

Pero digo esto porque ahora que es cuando menos tiempo le puedo dedicar a esto, es cuando estoy dándole vueltas a abrir otro. Tengo una idea en la cabeza que creo que estoy convencido sería algo interesantísimo y quizá dentro de algún tiempo me lance a ello.


He comentado aquí alguna vez cómo un cambio en una parte del sistema puede suele provocar cambios en aspectos distintos e inesperados en un primer momento. Luego "a toro pasado" todo se ve muy lógico, pero antes, ni imaginabas que pudiera pasar.

Entre algunos de mis traumas estos últimos años y que mantenía en secreto (qué fácil es sacan a pasear presumir de éxitos y qué escondida tenemos la basura, supongo que así está bien) era que casi ningún día había conseguido hacer mi triplete.

Trabajar, estudiar y entrenar. Las tres a diario.

No es fácil, aunque tampoco es tan difícil como hace unos meses pensaba. Hay personas que lo llevan haciendo bastante tiempo.

Hubo un tiempo en el que fui incapaz de hacerlo y no me puedo amparar en la excusa de lo difícil que es en España trabajar porque sería solo eso, una excusa. Y mala.

Si has seguido el suficiente tiempo este blog, sabrás que hace unos meses estuve preparando un triatlón y aprendí que no todos los días se entrenan los tres deportes pero sí, es habitual hacer dos al día y muy raro es el día en que no entrenaba ninguno. Por supuesto, el nivel lo pone uno mismo y puedes entrenar para una prueba así entrenando 3 o 4 días por semana. Si el objetivo es acabar, lo conseguirás.

Pero aquí estábamos hablando del triplete, ¿no es cierto?

Los motivos por los que he tenido que irme tan lejos para conseguir entrar en esta dinámica los desconozco (aunque puede que los sospeche) y ahora cuando más aprieto es cuando intuyo más margen de mejora, más defectos que pulir, más momentos en los que podría dar un poco más de mí.

Por suerte, hace tiempo que me di cuenta que para llegar al mismo nivel que otros tengo que trabajar (como mínimo) un poco más.

Aun así, un miedo atroz me persigue desde hace semanas. El esfuerzo acerca el objetivo pero no lo garantiza, nada que yo conozca lo hace.Sé que ganando casi todas las batallas, puedo perder la guerra.

Dios no lo quiera.

No hay comentarios: