26 mar 2014

MCDONALD'S WORKER

Podríamos decir exagerando un poco quizá (pero que más da, todo lo que lo rodea es exagerado) que la vida es eso que pasa entre un Madrid-Barça y otro. Y como cada vez juegan más a menudo debe ser que en la vida pasan pocas cosas, o muchas. O quizá no tenga nada que ver.

En los últimos 2 años recuerdo mi contexto durante los Barça-Madrid: el que veía con la esperanza de que no hubiese prórroga a la 1 de la mañana; el que estaba en India; el que estaba en Inglaterra; el que estaba en Escocia y el de ayer; que estaba en McDonald's que con las ansias independentistas que veo últimamente por Europa, no me extrañaría que acabara siendo un país independiente en sí mismo.

Así, mientras ayer se disputaba un jodido 3-4 estaba yo poniendo hamburguesas a unos cuantos escoceses borrachos. La vida se cobró alguna que le debía. Es la mejor explicación que quiero encontrar.

Trabajar en un McDonald's en Escocia es una experiencia en la es difícil encontrar adjetivos que la describan. Seguro que los hay, pero a mi me cuesta. 

Aquí es donde debo meter una idea que lleva rondando mi cabeza bastante tiempo: algunos de vez en cuando dicen que me admiran por mi valentía. Creo que a veces -la mayoría de las veces- ponemos el valor donde no pusimos otras cosas antes. Cada vez que alguien me dice lo admirable que es lo que hago, yo recuerdo que no puse antes la cabeza. Pero de nada sirve lamentarse.

Además y aunque suena contradictorio, la gente que más valiente piensa que soy menos conoce, si contara algunas cosas, aun pensarían que soy más valiente. Por eso conviene la discreción. Nada de lo que presumir.

Anécdotas en este trabajo tengo para parar un tren y como yo no soy "batillitas" raro será que en breve no te cuente alguna. No voy a extenderme aquí en exceso pero sin ir más lejos, un día me instruyeron para el caso en que suene el teléfono, yo lo coja, entienda que están diciendo que han puesto una bomba en el local y lo que debería hacer, ¡hasta cómo relacionarme con la prensa!

Todo muy probable.

Algunos días, trabajo hasta las 5 de la mañana. Es divertido (?) estar haciendo hamburguesas a los borrachos a las 2:30 a.m. Os puedo asegurar y os aseguro que borrachos es algo que no falta en este país (ya hablaremos de ello). No os podéis hacer una mínima idea de la cantidad de gente que va a esas horas a mi querido restaurante.

A McDonald's se le podrá acusar de muchas cosas pero justo lo que se dice sucio no es. Yo he llegado a limpiar las ruedas con las que se mueven las freidoras. Eso sí, mi restaurante presume de ser nombrado el más limpio de todos los McDonald's del Reino Unido. Poca broma.

Y podría seguir contando por ejemplo la evaluación del mes que me hicieron hace unos días, o que la palabra más escuchada en la cocina es curva pero he prometido un par de párrafos más arriba no hacerlo y además así tengo algo que contaros cuando nos veamos en unos meses.

De todo esto, lo más importante que saco es que no me gusta nada mi trabajo, pero es aquí donde mi formación viene en mi ayuda y recuerdo aquello tan importante de la connotación positiva. Mi trabajo me sirve para una cosa muy importante: no hay día que no salga de ahí con unas ganas tremendas de aprender inglés para poder dejarlo. Mantiene mi motivación para estudiar y aprender, altísima

Estamos en la b pero con el sueño de la Champions muy vivo...

No hay comentarios: