20 feb 2012

LA VIDA ES UNA MARATON

Reconozco que soy de los que les cuesta decir las verdades "a pelo" y es por ello que en muchas ocasiones uso símiles, historias y fábulas para expresarme; rodeos al fin y al cabo. Aprovechar las cosas que no son importantes en la vida para explicar las importantes.

Bueno, es un truco como otro cualquiera, a mí me sirve. Incluso dicho así puede parecer algo cojonudo, pero créeme, no siempre lo es, aunque bueno, sirve. Para esta manía mía es muy útil el deporte ya que en las competiciones muchas veces se dan situaciones que son analizadas tantas veces y desde tantos puntos de vista que con un sencillo ejercicio mental se pueden extrapolar las actitudes a la vida real.

El deporte si lo sabes interpretar -e incluso sin saberlo- te enseña a vivir, en algún lugar escuché que el deporte es una escuela de vida. Es verdad.

Podría llegar a decirse que el deporte es la vida real simplificada pero bueno, esto último no seré yo el que lo diga. Incluso Albert Camus llegó a decir "todo lo que se de los hombres, lo aprendí en un campo de fútbol" a lo que yo he de añadir que he aprendido mucho de ellos en otros deportes, y si lo dice Camus no seré yo el que le contradiga.

De entre todos los ejemplos que podríamos escoger, me voy a quedar con el atlético (se supone que es de lo que va este blog) pero no solo por eso. Pienso de verdad, que es el más acertado: la vida es una carrera de fondo. Con todo lo bueno y lo malo que implica.

Y puestos a escoger una carrera de fondo, vamos a quedarnos con la joya de la corona: La Maraton. En realidad en la vida estamos constantemente corriendo maratones, una detrás de otra, a veces incluso hay que correr varias a la vez.

Muchas de las similitudes se me van a escapar, pero espero que no solo estén las que me acuerde mientras escribo, sino además aparezcan también las más importantes:

- En una maraton lo importante no es cómo se empieza, la carrera es muy larga, tanto que el simple hecho de pensar en ello, es desalentador, por ello cuando la corres, solo piensas en el siguiente paso que vas a dar, muy pocas veces más allá del siguiente kilómetro, seguramente porque bastante tienes con lo que estás pasando en ese momento y no tienes muchas fuerzas para atender a lo que vendrá.
En las horas que dura una maraton, da tiempo a estar desde muy bien a muy mal y a la inversa, Suele suceder incluso casi sin darte cuenta, las sensaciones pasan de un extremo a otro con una facilidad y una cantidad de veces que puede llegar sorprender. Imagínate la vida, que dura tantos años...

- En una maraton, sabes que los momentos difíciles van a llegar y lo importante es ser capaz de estar con fuerzas suficientes para poder superarlos. Nunca tendrás la certeza de saber si lograras superar esos momentos, pero siempre tienes la esperanza de poder lograrlo: es mucho más factible que lo logres si crees en ello, aunque ni es imprescindible, ni creer asegura el objetivo.

- Una maraton hay que prepararla a conciencia dentro de las posibilidades de cada uno. Corras en 2 o en 5 horas, hay que prepararse bien, entrenar y planificar la carrera. Tener una idea clara del objetivo y de cómo quieres llevarla a cabo. Luego desde esa planificación como base el día de la carrera pasan muchas cosas: unas las has previsto, otras no; y ahí es donde se ve la capacidad de cada cual para manejarse en las circunstancias de cara a conseguir cruzar la línea de meta.

- Llega el día, has hecho todo lo que has podido en la preparación y siempre tienes la sensación de que podías estar un poquito mejor: esa serie que te ahorraste, ese día que hiciste un par de kms menos... A mí me ocurre que suelo pensar que una semana más o menos sería ideal. Es muy difícil conseguir la situación "ideal" por eso es tan importante saber en qué punto estás y desde ahí competir.

- Cuando tienes todo preparado para una maraton, el día de la carrera no puedes tampoco ignorar las condiciones, no es lo mismo correr con 10º que con 20º, con lluvia o con viento, y empeñarse en ignorarlo puede dar al traste con el objetivo. No se puede cambiar la dirección del viento, pero si ajustar las velas.

Supongo que habrá segunda parte.

Saludos!

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