31 ene 2012

MOMENTO JOBS

Hay veces que no es fácil, que el simple hecho de dar un paso hacia delante se convierte en una tarea que requiere un esfuerzo y una concentración extremas. Cada paso te lleva a la extenuación, y no digamos ya ponerse a correr para llegar a la meta. Quien más quien menos, todos hemos pasado en algún momento por ahí.

Para momentos así, cada uno tiene su propia forma de reunir fuerzas, lugares en los que apoyarse para poder ir avanzando sin desfallecer. Sería interesante conocer los de cada uno, ya que creo que nos retratan bastante cómo somos. Creo que no hay formas buenas o malas, sino apropiadas o no, y mientras te sirvan, no debería haber ningún problema.

Sin embargo, reconozco que uno de los recursos que más utilizo yo es bastante "cutre" pero en esos momentos en los que es tan difícil "entrenar" me ayuda bastante: me pongo determinados vídeos en youtube y acabo por venirme arriba. No es el único por supuesto (los carteles que tengo colgados por casa lo atestiguan) pero es el que viene al caso.

Estos días andaba buscando nuevos vídeos (se aceptan sugerencias) para ampliar el espectro y de paso renovar el vestuario por aquello de evitar el "efecto quemado", cuando recordé el famoso e imprescindible discurso de Stve Jobs que ha inspirado este post.

Mucho se podría decir y analizar de sus palabras, pero a buen seguro que no alcanzaría el nivel de lo que dice Jobs, uno de esos genios que la vida regala de vez en cuando y con el que hemos coincidido en el tiempo (aún no se si esto es bueno o malo).

Dice: "(...)durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo." Bien. Siendo consciente que no puedo tan siquiera acercarme a la genialidad de alguien como Steve Jobs, sí me ha recordado algo.

Desde luego se que no se si llegaré no ya a los 33, sino simplemente a 3 años haciendo algo parecido. La constancia es una de las virtudes que más ansío adquirir y podéis estar seguros que trabajo en ello.

Reconozco también el enorme mérito que tiene levantarse y ponerse delante del espejo a hacerse preguntas trascendentes; yo la verdad que a esa hora no tengo cuerpo para ello. Además también te digo que yo delante del espejo lo justo, no me gustan. Pero ese ya es otro tema que hoy no voy a tocar.

Mi "momento Jobs" (acabo de bautizarlo así, creo que me mola) lo tengo en la otra esquina del día. Desde hace unos meses, cada noche al acostarme cierro los ojos y me pregunto: "¿Has hecho hoy algo por mejorar, por superarte?". Cuando la respuesta es no, me invade esa gélida sensación de derrota que abraza a los fracasos.

(Juro que el párrafo anterior y los siguientes están relacionados, es tarea tuya encontrar el nexo de unión, yo me siento incapaz de hacerlo).

En mi vida como atleta hay un punto de inflexión reconocible. Coincide más o menos con la primera carrera "larga" en la que participé: el Gran Fondo de 7 Aguas" allá por el año 2007, es en ese momento cuando 8km dejan de ser un gran y largo éxito y se convierten en rutina. Aunque en aquella época ni me atrevía a soñarlo, fue el primer paso hacia la maratón pero por supuesto, solo he podido unir los puntos hacia atrás...
 
En esa época se produce un cambio clave de mentalidad (no se muy bien el motivo) pero es cuando me doy cuenta que los entrenos no los puedes aplazar: lo que no entrenas hoy ya no lo vas a entrenar nunca, se pierde, es irrecuperable. Por mucho que te esfuerces al día siguiente no podrás recuperar el tiempo perdido. El entender esto (entender como nivel superior a saber) me hizo llegar a metas inimaginables (se que no es para llamarme Einsteien pero algo es algo).
 
Una vez más, si estás aquí aún: gracias.
 
Saludos!

No hay comentarios: